Todos nos hemos propuesto alguna vez un “cambio vida” al comenzar el año, modificando o eliminando hábitos con los que no nos sentimos conformes, o comenzando nuevos proyectos en la búsqueda de la autorrealización y el bienestar. ¿Quién no se ha propuesto alguna vez dejar de fumar, hacer más deporte, ahorrar, comer más saludable, o incluso ser una mejor persona?
Estos propósitos de año nuevo nos dan un punto de partida y una meta, parece fácil ¿no?
Entonces, ¿por qué nos cuesta tanto cumplirlos?
A medida que van pasando los días, las semanas, se nos hace más cuesta arriba. Aunque estos nuevos objetivos estén llenos de buenas intenciones, no encontramos el momento de comenzar y nos falta tiempo o constancia.
Unos de los principales motivos por los que nos cuesta conseguir nuestros propósitos es porque no son realistas, también es posible que nos planteemos demasiadas metas, o que surja un miedo al cambio. Sin duda, entran en juego las recompensas que obtenemos al cambiar estas conductas: cuando las recompensas son inmediatas, es decir, cuando vemos rápido el cambio, aumenta nuestra sensación de logro. Sin embargo, si necesitamos mucho tiempo para ver un pequeño avance, terminamos desistiendo.
Muchas de las veces nos proponemos objetivos que no son nuestros, metas que todo el mundo se propone pero que no tienen ningún significado o motivación para nosotros. Esta motivación se consigue de dos maneras:
-Motivación extrínseca: viene desde fuera y sirve para conseguir un reforzador o evitar un castigo.
-Motivación intrínseca: es la más potente, viene de nosotros mismos y es la que nos impulsa a hacer las cosas por el mero gusto de hacerlas y es independiente de cualquier estímulo externo.
Los propósitos de año nuevo, por lo general, están influidos por una motivación extrínseca, y son un movimiento simbólico y social para emprender nuevos proyectos, pero con bajas garantías de éxito, lo que hace que tengamos mayor sensación de fracaso. Por esto es importante recalcar que cualquier momento del año puede ser bueno para comenzar un cambio, siempre que lo deseemos de verdad y encontremos la motivación intrínseca para hacerlo.
Si no sabes cómo establecer tus metas respetando tus tiempos, ponte en manos de profesionales que te ayuden a encontrar la manera de hacerlo. Hay salida.