Estilos de comunicación

La forma de comunicarnos con los demás tiene mucha influencia en qué pensamos y cómo nos sentimos. Del mismo modo, nuestros pensamientos y emociones pueden dar lugar a un estilo de comunicación u otro.

Se distinguen tres estilos principales de comunicación: pasivo, agresivo y asertivo.

Vamos a detallar las características principales de cada uno para que podamos aprender a diferenciarlos. En concreto, señalaremos: cómo me sitúo respecto al otro, cómo me siento a corto plazo (segundos o minutos después), qué consecuencias tiene esto para mi autoestima y estado de ánimo (largo plazo), el tono de voz utilizado y algunas frases representativas.

  • Pasivo: suele darse en personas que se sitúan por debajo del otro en cuanto a importancia y derechos. Expresar su opinión o sus deseos les resulta muy difícil, solo de pensar en hacerlo les aumenta la ansiedad, la vergüenza, la culpa… por lo que al decidir no hacerlo este malestar disminuye de golpe. Sin embargo, al hacer siempre lo que el otro escoge y dejar de lado sus preferencias, estas personas suelen presentar una baja autoestima, así como un bajo estado de ánimo. Este estilo se caracteriza por un tono de voz bajo y frases como “no me importa”, “me da igual”, “no me cuesta nada”, “así no se enfada”.
  • Agresivo: estas personas suelen considerarse en una posición de superioridad respecto al otro. Manifiestan e incluso imponen su opinión por encima de la de los demás, generalmente desde el enfado y la agresividad. Al defender su punto de vista de forma firme, suelen sentirse satisfechas y seguras. Sin embargo, pasado un rato, al analizar su comportamiento y ver las consecuencias que tiene en el otro, suelen sentirse culpables o avergonzadas. Por ello, en estas personas observamos de nuevo con frecuencia una baja autoestima y un bajo estado de ánimo. Este estilo se caracteriza por un tono de voz fuerte y frases como “la culpa es tuya”, “nunca haces nada por mi”, “estás diciendo tonterías”.
  • Asertivo: cuando nos comunicamos de esta manera estamos entendiendo que somos iguales al otro, por lo que el respeto estará siempre presente. Estas personas entienden que sus derechos, opiniones y deseos son igual de válidos que los del otro, por lo que los defenderán respetando al mismo tiempo los de la otra persona. Comunicarse de forma asertiva puede ser difícil ya que, como hemos visto, pueden aparecer sentimientos de culpa, vergüenza… pero cuando lo hacemos nos enviamos un mensaje muy importante a nosotros mismos: somos importantes y podemos defendernos. Como consecuencia, estas personas suelen presentar una mejor autoestima así como mejor estado de ánimo. En este último caso, se suele utilizar un tono de voz regulado y frases como “no quiero ir a ese lugar”, “entiendo tu opinión, pero yo pienso que”, “me gustaría que la próxima vez hicieras tal cosa”, “yo prefiero…”.

Es importante señalar que los estilos de comunicación no son algo fijo e inamovible, sino que en función de la situación y la persona con la que nos estemos comunicando nos situaremos más cerca de uno u otro.

Por supuesto, esto se puede trabajar y entrenar escogiendo el momento y la forma adecuada. Si observas que te cuesta comunicarte con asertividad contacta con nosotras, podremos ver de dónde viene esta dificultad y cómo resolverla.

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